Me adentré en el bosque atraído por una melodía extraída de alguna historia donde duendes, hadas y magia auguraban un viaje repleto de aventuras apasionantes.Llevaba cinco años viviendo en la soledad de una cabaña en el borde de esta arboleda poseedora de una ingente lista de historias misteriosas, atraído por libros de leyendas en busca de mi propia singladura sobrenatural. Cada uno de los días hasta hoy, espere con anhelo que algo ocurriese, ya que en cada uno de los relatos que compulsivamente leía sobre el lugar, narraban como este era un bosque poseedor de una magia más antigua que los propios dioses, y para mi desesperación todo lo que yo contemplaba a mi alrededor era paz y tranquilidad.
Por ello comprendereis mi excitación actual mientras emprendo una apasionada carrera entre ramas y arbustos con la esperanza de abultar de manera épica el grueso de mitos aquí acaecidos.
Un claro en el bosque freno en seco mi marcha en un traspiés en el que anduve más de o que hubiera deseado.
En el centro del claro una caja brillante, luminosa y extraña flotaba en el aire de manera sobrenatural y a su alrededor tres seres blancuzcos de aspecto humanoide saltaban, brincaban y bailaban alegremente al son de una música que sin palabras me invitaba a unirme a ellos.
Les pregunte que quien eran y entre botes y risas uno de ellos me dijo que solamente era un danzante más.
Fueron hasta mi y me asieron de las manos y me integraron en su baile místico y extraterrenal.
Seguí danzando con ellos y la luna llego, seguí danzando con ellos y el sol regreso, así una y otra vez, una y otra y otra vez, de pronto alguien llego al claro del bosque, nos miraba divertido, y a la vez extrañado, mientras nosotros saltábamos, brincabamos y reiamos mientras bailábamos.
El nos pregunto que quien eramos, y yo respondí "solo un danzante más".
Esta semana:
-Novedades discográficas.
-Conexión con Tuno Gomes.
-Conexión con Víctor Francés.
-Conexión con Eniac277.
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