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viernes, 8 de octubre de 2010

EDICION 12/04 "SENTIMIENTOS PROHIBIDOS" MIX-IT 01

Aquel código de barras, aquella marca en mi nuca, me diferenciaba del resto de los habitantes del planeta como un ser único. Todos mis datos, gustos, aficiones, incluso las enfermedades se encontraban perfectamente almacenadas en una compleja y extensa base de datos.
Esto era parte de la seguridad que el nuevo régimen nos ofrecía, era algo que cualquier humano del siglo XXII esperaba tener en su vida cotidiana, un completo y total control de cada uno de los individuos.
Aquel día llegue algo más temprano a casa, y un extrañamente un raro impulso me dirigió hacia el desván del edificio. Hacía mucho tiempo que no entraba en aquella habitación. Un raro olor llego hasta mi, un olor a cerrado, a viejo. Empecé a mirar alrededor, viejos trastos, viejos cacharros directamente traídos de un siglo anterior. No se como podían utilizar aquellas maquinas. Sin embargo... la curiosidad, que en ocasiones mato al gato, me hizo coger aquel viejo ordenador, aquel prehistórico aparato y bajarlo hasta el hall de mi bonito apartamento.
Pase un rato montándolo, era tan complicado. Ahora los cables casi no existían y las conexiones eran aéreas. Por fin conseguí encenderlo. Un raro logotipo apareció en la pantalla, aquella empresa ya no existía y sin embargo era un tanto peculiar y familiar. Empecé a indagar lo que mis antepasados habían estado utilizando, y como era un sibarita de la nueva música empece a escuchar los viejos archivos que se encontraban en la memoria de aquel viejo ordenador... y sinceramente, me quede cautivado. Ni siquiera era eso que llamaban música clásica. Jamás había escuchado algo similar, incluso podría estar dentro de las músicas que por seguridad del régimen se nos tenía prohibida. Solo se que a partir aquel día todo fue diferente, la música entro en mi vida, y con ella salió el miedo.
Yo directamente me atreví a ponerle un nombre, por los sonidos, por los ritmos, por las sensaciones. Para mi era algo que incitaba directamente al baile, algo que también estaba prohibido. Sin embargo empece a bailar... mis ojos se enturbiaron... y una pequeña lagrima surgió de ellos y por fin logré recordar lo que era esa sensación llamada felicidad.
Esta semana:
-Sesión de manos de Jose Rives (Metro Dance Club)

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