Paladeo ese conocido viejo amigo, un intenso y atrayente sabor a sangre en el paladar, cálido, inconfundible... definitivo.No es la primera vez que ese licor embriaga mis sentidos, y no... no soy un jodido Vampiro, aunque viva más de noche que de día.
Soy un maldito hombre, de carne y hueso, vulgar y corriente, golpeado nuevamente en plena cara por no querer evitar recibir los impactos, desnudo frente al golpe más duro y certero, el que te ofrece de manera desinteresada la vida. Es esa sensación a la que nunca te acostumbras y por la que sin embargo te sientes vivo, aunque desearas no estarlo.
Suena de fondo viejos ritmos de "The Cult" sabiamente mezclados con bases industriales que harían torcer el gesto en una mueca entre la burla y el asco a los no iniciados en la electrónica más clásica, pero que importa, son los sonidos que nos mantienen vivos y los que nos diferencian del resto de ellos.
Esta noche como techo, bailo en horizontal y sueño despierto, en mi boca, en mis labios permanece nítidamente fijado la marca de un beso perdido, un adiós apagado y un suspiro recogido.
Aprieto los dientes, seco mis lágrimas y me asomo a la calle. Recojo mi vieja cazadora de cuero, alboroto mis pelos y perfumo mi cuello. Un cuervo blanco me mira desde el alféizar de la ventana. Abro la puerta, salgo a la calle y cierro los ojos.
El intenso sabor a sangre permanece en mi boca y mente, pero la danza nunca termina, el baile es eterno y la noche es nuestra vida.
Esta semana:
-Novedades Discográficas.
-Conexión con Víctor Francés.
-Conexión con Tuno Gomes.
-Conexión con José Rives.
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