En sus paredes colgadas de una serie de humildes alcayatas, oscila imperceptiblemente la secuencia de imágenes concretas que narran de un modo fehaciente y secuencial, el rumbo, dirección y sentido de los últimos meses y a su vez de los últimos años.
En cada imagen puedo reconocer una idea, un sentimiento, un impulso y la situación exacta que me empujó a desarrollar la pequeña narración que terminó dando lugar, unas veces más y otras menos brillantemente, a un delgado libro de relatos cortos, no impreso ni editado.
Historias sin más conexión y fondo en común que línea a línea y palabra a palabra relativa a la música electrónica y a su más puro ideal.
Cada imagen posee una melodía característica, un color definido, un sentimiento claro y todas a su vez están unidas por el espíritu del trabajo duro, el avance por el camino de la pasión y la integridad de no vendernos a los ideales del dinero fácil.
Esta es la historia de un Vinilo que harto y mosqueado por una ya clásica tradición de denostar el noble y fetichista arte del mezclar, decidió tomarse la justicia por su mano y declarar una vendetta a la comercialidad, al sin sentido y a los traidores de la música que en él había planchada. Una historia que nace y se desarrolla a través de numerosos nombres propios que han discurrido y aportado su grano de arena a un espacio radiofónico creado por y para la pasión de una generación de mezcladores olvidados.
Una vez más miro alrededor y siento como pese a encontrar un extenso compendio de historias e imágenes, esta es aun y al menos por un año más una colección inacabada.
Esta semana:
-Novedades discográficas.
-Conexión con Tuno Gomes.
-Conexión con Victor Frances.
-Conexión con Eniac277.
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